Personas Altamente Sensibles (PAS)

Neurosensibilidad o Sensibilidad en el Procesamiento Sensorial

¿Qué es la alta sensibilidad?

La Alta Sensibilidad es un rasgo de personalidad hereditario con base fisiológica. No se trata de una enfermedad, trastorno o diagnóstico clínico, sino de una forma distinta de percibir, procesar y sentir el mundo.

Fue la psicóloga Elaine Aron, en 1991, quien definió este rasgo como Sensibilidad en el Procesamiento Sensorial, introduciendo el término Highly Sensitive Person (Persona Altamente Sensible – PAS).

¿Cómo es una persona con este rasgo?

Una Persona Altamente Sensible (PAS) posee un sistema nervioso más fino y delicado que el promedio. Esta sensibilidad les permite captar múltiples estímulos de manera simultánea, aunque necesitan más tiempo para procesarlos.

Este rasgo se manifiesta en aproximadamente un 15% a 20% de la población. No implica ser “especial” ni “diferente”, sino tener una manera particular de sentir e interpretar el entorno.

Si no se atiende adecuadamente, este rasgo puede derivar en desafíos emocionales o físicos a lo largo de la vida.

Base científica y neurológica del rasgo

Las investigaciones apuntan a una predisposición genética, con implicación de genes asociados al transporte de serotonina, la neurohormona vinculada a la regulación del estado de ánimo.

En personas PAS, este sistema presenta niveles más bajos de serotonina, lo que favorece respuestas emocionales intensas como ansiedad, tristeza o miedo.

Cuando el flujo de serotonina se bloquea, el sistema de alarma del cerebro (SRE – Sistema de Respuesta a la Amenaza) se activa en exceso, generando “falsas alarmas” ante estímulos que no representan un peligro real.

Anatomía del cerebro NeuroSensible

El sistema nervioso de una PAS soporta mayor carga de estrés. Esto se relaciona con un mayor engrosamiento de la amígdala cerebral, una estructura clave del sistema límbico, que gestiona emociones como el miedo, la angustia y la ansiedad.

Esta sensibilidad provoca una percepción más intensa del entorno y una emocionalidad a flor de piel.

Los 4 Pilares del Rasgo PAS

La Sensibilidad de Procesamiento Sensorial se define a través de 4 características clave, conocidas por el acrónimo DOES.
Estos pilares pueden presentarse con distinta intensidad en cada PAS:

Profundidad de Procesamiento – “Antena Viviente”

Las PAS procesan la información de forma más profunda y reflexiva. Analizan tanto pensamientos como emociones y estímulos sensoriales con mayor detalle.

Sobreestimulación – “Esponja Gigante”

La acumulación de estímulos puede generar saturación y fatiga. Las PAS suelen retirarse a espacios tranquilos para recuperar energía.

Alta Emocionalidad y Empatía – “Montaña Rusa Emocional”

Experimentan emociones con más intensidad y poseen una capacidad empática notable. Esto les permite conectar con las emociones ajenas con facilidad.

Sensibilidad a lo Sutil – “Gran Abanico Sensorial”

Perciben detalles del entorno que la mayoría pasa por alto: cambios en el tono de voz, expresiones faciales, o variaciones en el ambiente.

Niños Altamente Sensibles (NAS)

Los niños no “se hacen” PAS, nacen con este rasgo. Son más curiosos, se emocionan con facilidad, pueden parecer tímidos o evitar saludar. Es común que tengan rabietas intensas o que les afecten los cambios en su entorno.
Reconocer este rasgo desde la infancia es fundamental para acompañarlos adecuadamente.

Manifestaciones físicas en personas PAS

Existen señales corporales que reflejan la alta sensibilidad. Las más comunes son:

  1. Problemas de piel: eczema, reacciones dérmicas o sensibilidad al tacto. La piel es el límite físico con el entorno y suele expresar bloqueos emocionales.
  2. Cansancio extremo tras eventos sociales intensos o entornos sobreestimulantes.
  3. Reactividad a cambios de temperatura: meteorológicos o ambientales.


Estas respuestas tienen sentido biológico: el sistema nervioso y la piel se desarrollan a partir del mismo tejido embrionario (ectodermo).

Viviendo como PAS: desafíos y potencial

Ser PAS implica una gran vulnerabilidad, pero también una enorme riqueza emocional, sensibilidad artística, profundidad emocional y empatía.

La clave está en el autoconocimiento y la gestión emocional consciente. Al identificar tus límites y aprender a cuidar de ti, puedes transformar esta cualidad en una fortaleza.

Ir al contenido